Carta breve a mi yo perdido | Reflexiones

 Martes, 20 de Octubre del 2020

Querido Yo:


               Ha pasado demasiado tiempo desde que te he mirado en perspectiva. Demasiado. He tenido mis motivos. 

               Extraño la manera en que solías enfrentar la vida. Vivaz, lleno de energía. Audaz por momentos, sensato por otros. Eras la alegoría de aquello que algunos llaman juventud, mezcla de alma vieja con los rasgos propios de la segunda década. Impetuoso en los sueños, calmo en los derechos. Marcado estándar de la estabilidad. Susurrante halo de calma. 

        Las cosas no fueron fáciles, he de reconocerlo. Los corredores de la vida suelen ser así, sorprendentes, impredecibles. Así, como una exposición de formas cambiantes, estamos allí, con propósitos definidos y desconocidos. Me he perdido en esos laberintos. Extraviada y confundida, me encontré con los giros de los cuales está provisto la existencia, que me llevaron a ver cuadros que en mi vida hubiese imaginado. Y tratando de orientarme, te he perdido a ti, también. No trates de entenderme. No soy lo que conoces. Hay algo en mi ser que no me deja llegar a ti como es debido y aquello me oprime la razón más de que lo puedo manejar. 

               Sé que estás allí, donde no puedo alcanzarte, aún. 

            Te he perdido en algún momento y no recuerdo cuando. Trato de salir de este cuadro, en donde yo misma he entrado. Me siento como si la vida pasara, renuente y rauda, por delante de mis ojos. Soy como un basto objeto de un museo anticuado, carente de sentido, olvidado en el pasado. La gente, los miedos, pensamientos extraños, todos se acercan y me observan, me acarician por lo alto, me miran, se divierten, me estudian y... pasan de largo. Algunos quieren llevarme; no estoy en el mercado. 

         Búscame. Llega hasta mí, pertenecemos al mismo tiempo. Deseo encontrarte y salir de mi estado, sumido en este aura estático y extraño. Descongela mis manos, derrite esta escarcha sempiterna en la que he caído. Somos uno solo, Dios así lo ha querido.

             Encuéntrame.

                                                                                             Atte: tu yo imperfecto.


  A. Martínez




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