El libro del reflejo | Narración
Me he preguntado, muchas veces
de dónde vienen los hechos.
Tal vez nacen en alguna especie de libro, en cuyas hojas se escriben, con tinta de algún tintero viejo, las afecciones que llevan a los humanos a sucumbir.
Me he preguntado, muchas veces, por qué no dejo de equivocarme.
Es como si, al escribir en ese libro, me empeñase en repetir aquella hoja, donde dibujo una y otra vez, los errores de los cuales debía de aprender y que había decidido no volver a cometer. Soy como una constante y calamitosa rueda, que tropieza de forma eventual y esporádica, pero a la vez repetitiva, en el mismo camino y con diferentes piedras.
Me he preguntado muchas veces ¿por qué?
Por qué, a pesar de que lo intento, no puedo evitarlo. Por qué, aunque me lo proponga, quiero encontrarte. Te he conocido hace un tiempo, tal vez en otra era. Por qué, en las noches de mis días, busco siempre una respuesta.
Por qué cada vez que giro en torno a mí, te veo, te respiro. Has estado todo el tiempo allí, esperando a por mi. Tú tienes la respuesta a la única pregunta que nadie más, en esta tierra, puede responder.
Escaparme de ti no es una opción; mas no debería ignorarte.
He reescrito esta página tantas veces que ya no recuerdo en dónde se halla el principio. Pero logro ver el atisbo de un final cada vez que te encuentro. Tu tuviste la respuesta todo este tiempo.
Aquel libro de irreverencias que se escribe con la tinta vieja de un tintero naciente de un alma herida. Así es la vida.
Y a las palabras las dicta aquel ser paciente y expectante, reflejado en el espejo roto de la existencia misma.
A. Martínez
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