Ab Imo Pectore | Poesía (colaboración)
—Pégame.
Tírame un golpe donde puedas dañarme.
Mi alma, mi corazón.
Apunta donde quieras.
Vamos.
¿Hasta dónde pueden llegar tus ganas
de dañarme.
—¿Por qué te haría daño?
No tengo tal intensión.
—No es malo dañarme.
—No, es pésimo.
Nadie merece el daño de nadie.
¿Quién soy yo para dañar a los demás?
—Vamos, vamos. Bailemos los dos.
No es malo tu daño, quiero tus golpes,
quiero tus abrazos.
—Síndrome de Estocolmo
camuflado de obseso.
No me incites a hacer lo que naturalmente
no me nace. Que de daño nade vive, más de daño
sólo nace el rencor.
—Quiero ver tu furia no directa hacia mí.
Quiero conocer tus dolores y tus caricias
con todo deseo. No quiero dolor
tampoco tristeza, sólo quiero tu simpleza y tu sinceridad.
— Si ansias aquello que mencionas, acepta cuanto te doy.
No he de darte algo que no tengo.
Mis manos carecen de rencor y mis labios, ausencia de arrebol.
—Vamos, vamos princesa de la oscuridad, escribe y escribe.
Tal vez no tengas intenciones, pero todo sentimiento debe de salir.
Un grito liberador, un beso sanador, un golpe de amor,
un golpe de intensidad.
Tú dirás.
—Déjame ser libre, que escribo para soñar.
Deja que mis cadenas laceren aquello que guardo con celo.
Si he de dañar a alguien, he de ser yo la única en el juego.
—Estamos en medio del dolor y el amor,
como conseguir certezas absolutas en nuestras escrituras,
como darle verdad absoluta a unas simples palabras.
Mientras, me tenés creyendo en un beso o una mirada tuya
como cariño, y un golpe tuyo como despertar.
Avísame, avísame a que esté atento a todo lo que laces para despertar.
—¿Esperas de mi un cielo acaso?
Un cielo hecho de carmesí y cristal.
No puedo darte algo como aquello, no soy yo quien te despertará.
¿Acaso eres trovador de duelos? Calla y espera, que la vida dirá.
—No un cielo solamente, hay un infierno también en vos, lo sé.
No puedo esperar nada más que algo bueno,
sino también un destello de oscuridad.
Abrázame fuerte y hazme sentir las dos cara del amor que te tengo.
No sos gran culpable, ni gran dueña de mi amor,
sos sólo un montón de sentimientos y de giros de vida.
—La oscuridad nubla mis días y opaca el destello de amor.
Me pides algo lúgubre, insaciable corazón.
Yo no tengo mucho más de
lo que ya he demostrado.
No soy más que la lluvia nacida de un amor
lejano.
—Oscuridad es mi nombre, corazón desvastado.
Te llamo porque sos lo que necesitaba;
no demostraste ni un milímetro
del cariño que tenés en tu pecho.
No sos lluvia ni nube oscura, sos un sol y alegría, sos tristeza, cercanía.
Sos tu boca, tus labios,
un beso, pasión y tu sonrisa.
Qué sonrisa tienes, qué tortura no tenerla todos los días.
—Me estimas más de lo que merezco.
¿Oscuridad dices tener por nombre? Más bien sería lo contrario,
cúmulo de versos hechos en denarios.
No esperes cariño de mi, no oculto nada.
Soy un cascarón vacío, inevitable fantasma,
teñido con la sangre que emana de mi alma.
—No mereces nada más que frivolidad.
¿Cuánto cascarón vacío eres? ¿Cuánta cantidad de besos necesito?
Voy a apresurarme a robar tus besos,
no estoy teñido de alegrías ni de tristezas.
Soy un hombre de cortas emociones,
pero tu aroma me desarma y tu cuerpo me distrae.
¿Dónde andas por estos días?
—Vago por las sendas roídas de mis pensamientos,
me escabullo entre los telones de la desidia.
Salto hacia el vacío desde el empinado acantilado de mis fantasías.
Busco, incesante, claridad divina.
¿Frivolidad me das, hombre estoico de emociones?
Dame mejor un camino marchito de rosas fragantes,
que unidas a mi olor, me vuelven distante.
A. Martínez ft. Fabián Toranzos.
-------------------------------------------------------------
¡Buenas noches a todos los que leen!
Quiero agradecer a Fabián por hacer conmigo esta poesía, nacida de la espontaneidad y de su buena letra.
Espero que la disfruten leyéndola, como nosotros disfrutamos haciéndola.
Buenas noches, lectores queridos ♥.
Increíble colaboración, amo la espontaneidad de ambos. Espero surjan más creaciones de este estilo!
ResponderBorrar