Quizá | Prosa
Siento el espíritu ligero,
indómito. Buscando constantemente el rostro de Dios.
De pronto, sentí la felicidad nacida de la simpleza, que sólo la da la mera existencia.
De pronto, quise ser un ángel.
Quise ser etérea, tanto, como para poder llegar a Ti, sin las cadenas que atan al ser humano a este mundo.
Quise amarte y adorarte como sólo los ángeles del Cielo lo hacen. No sé, en mi pobre naturaleza, cómo hacerlo debidamente.
Quise llorar de amor y felicidad. Si sólo tuviese la fe más mínima, todo aquello que me agobia de desvanecería.
Quise todo eso y, en mi mundana contrariedad, me quedé sin hacer nada.
Únicamente pude plasmar mis sentimientos de esta forma, la manera más sutil que encontré para hacerlo. Porque quizá ésta sea mi forma de adorarte.
Porque, tal vez, sean las letras mi única forma de llegar a Ti.
A. Martínez
Me recuerda un poco al cuento de los dioses y la felicidad. Eres tan hermoso cómo él, a su imagen y semejanza, pero estamos tan acostumbrado a vivir siendo humanos mundanos que no vemos ni vivimos su divinidad que habita en en nuestro interior. No olvides tu verdadera naturaleza, semilla divina. Hermosa tu prosa y bendiciones para tu día.
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