Lugar | Poesía

 Lugar de ensueño profundo,

nido que enciende la calma,

aquel donde, lisa y extraña,

juega el alma y se deshace

de preguntas y, aun cobarde,

se niega a comprender,

que los caminos de Dios

son distintos a los suyos,

que sus respuestas anheladas

tienen lugar en murmullos,

y, con voz dulce y pausada,

repite hasta el hartazgo,

la letanía melancólica,

inexorable consecuencia

de una ilusión apagada, 

de un amor cancelado,

de desconcierto y erratas,

y busca deshacerse 

en interminables suspiros,

dedicados a un alma

que ha robado su brillo.

              A. Martínez